Durante muchos años me preocupé por mi apariencia física
pensando únicamente en verme mejor externamente, pero sin preocuparme por mi
salud o nutrición. Cuando comencé a practicar pole fitness mi alimentación no
me parecía un tema importante, consideraba que si hacía ejercicio podía
permitirme comer lo que fuera. No fue hasta hace poco más de un año que comencé
a entrenar para competencias cuando decidí comenzar una dieta más sana con el
objetivo de mejorar mi rendimiento.
Este periodo fue importante pues me hizo
consciente de la importancia de la alimentación para sentirme mejor y con más
energía. Mi rendimiento definitivamente mejoró y mi cuerpo se veía mucho mejor,
sin embargo yo no me sentía completamente conforme con la dieta que llevaba
para mantenerme durante esta etapa (una clásica dieta “fit” con mínimas frutas, leguminosas, pocas verduras etc. / mucha proteína animal y derivados animales altos
en proteína como yogurt griego, huevo, etc), quería llegar más lejos, llevar
una dieta que no sólo me hiciera sentir bien por fuera sino también por dentro,
y no me refiero solo físicamente, sino espiritualmente.
Un par de meses después comencé a experimentar e informarme
más acerca de la dieta vegana, preparando recetas e incorporándolas a mi
alimentación cotidiana, visitando restaurantes veganos, viendo documentales y relacionándome
con personas en este estilo de alimentación. En ese momento no estaba entre mis
planes convertirme al veganismo, pero tenía curiosidad y quería probar cosas
diferentes. Durante esta etapa de experimentación me di cuenta de la gran
variedad de alimentos veganos que existen y de que la idea de que necesitamos
consumir proteína animal o derivados para tener una buena nutrición es
equivocada.
Entre más me iba involucrando e informando acerca de este
estilo de vida me sentía más atraída y convencida de que quería convertirme por
completo al veganismo, así que lo hice. Soy una persona con problemas para
comprometerse, así que no quería presiones, mi plan inicial era darle un mes de
prueba y tomar una decisión al pasar este tiempo, así que empaque toda la
proteína animal y derivados que había en mi cocina, que por cierto era
bastante, y lo lleve a casa de mi madre. No necesite que pasara un mes, un par
de días después de haber iniciado me di cuenta que había tomado una de las
mejores decisiones de mi vida, y eso me hizo sentir mucha felicidad y paz; me
sentía muy bien por dentro, por fuera y espiritualmente.
Hoy creo que el veganismo no es sólo un tipo de alimentación,
o el movimiento social con mayor crecimiento en la historia, sino también una
manera de pensar que defiende la igualdad entre todos los seres vivos en este
planeta y que nos enseña que no es necesario que ningún ser vivo muera o sea
esclavizado por placer o conveniencia de otros.
Te invito a cambiar tu vida, tu salud, tu entorno ya ayudar a otros seres vivos que no
pueden defenderse ¿ Me acompañas?